lunes, 31 de marzo de 2014
Quien algo quiere,algo le cuesta.
Que fácil es dar consejos. Que fácil es decir lo que uno debería hacer. Que fácil es hablar. Pero que difícil es hacerlo cuando te toca a ti... En muchas ocasiones hay algunas personas que aconsejan bien, pero en todo consejo hay tres tipos de personas. Está por un lado las personas que aconsejan, que lo pueden hacer bien o mal, y que normalmente en cada consejo hay una frase mítica estilo <<quien no arriesga no gana>> o alguna parecida. Y por el otro lado están los otros dos tipos que son quienes son aconsejados. En primer lugar están los que siguen los consejos, o almenos lo intentan. Y por último,en segundo lugar están lo que hace la mayoría de personas, que preguntan pero acaban haciendo otra cosa distinta o simplemente preguntan para ver si dicen lo que ellos quieren oír. Pero cuando te toca a ti estar ahí,piensas en lo difícil que es hacer y lo fácil que es decir. Cuando te pones en el papel de tener que tomar alguna decisión te das cuenta que nada es tan fácil, que no es simplemente decir...y que cuando llega la hora de actuar es cuando te entra el pánico,las dudas... Y si actuamos mal luego nos puede perjudicar en el futuro... Pero también es verdad que quien no arriesga no gana...pero de nuevo vuelven a inundarnos las dudas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)