Llega ya la alegría navideña, la emoción, los buenos
momentos… Llega la época del año más bonita. Una época en la que dejamos atrás
un año y damos la bienvenida a otro, con nuevas metas y nuevas ilusiones.
Primero Se decoran las calles, las casas… Sacamos el Belén, montamos y decoramos el árbol
de Navidad, ponemos el espumillón por toda la casa, sintiendo así el espíritu
navideño. Las calles se vuelven llenas de colores, formas geométricas y a la
gente se la ve más sonriente.
Luego llega la noche más esperada, Nochebuena. En la que nos
reunimos con los familiares y pasamos magníficas veladas todos juntos, sin que
falten los villancicos, las risas, las anécdotas, y eso sí un buen brindis por
las Navidades que solo acaban de empezar. Luego llega el día de Navidad, que
vaya día, otro de los más bonitos, en los que las familias se vuelven a reunir
y hacer lo que mejor se nos da, ser feliz. Días más tardes llegamos aquella
noche en la que toca atragantarse con las uvas, dar las gracias por el año
vivido y tener nuevos propósitos. Y no
rendirse con aquellos objetivos que se pidieron hace un año y no se cumplieron,
si no ir a por ellos con más fuerzas. Y
finalmente, llega ese día que todos los niños esperan con gran ilusión.
La llegada de los Reyes Magos, y querer ir a verles a la Cabalgata. Desear
ansiosamente que llegue el día siguiente y abrir todos los regalos en familia.
Y es que las navidades son unos días de tranquilidad, paz y
armonía, y sobretodo felicidad. Y esque no hay nada mejor que reunirse con toda
la familia y estar todos juntos. Aunque muchas veces no sea como en las
películas y no nieve o no sean tan perfectas como ahí, ¿qué mas perfecto que
pasar unos buenos días con la familia?
Que nunca falte el espíritu navideño,es hora de pensar aunque sea en los demás.
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